Aunque mucha gente lo utiliza como estancia de recuperación, el fauna box se va a convertir en el primer hogar de tu agaporni tras abandonar el nido (sobre los 20 a 25 días de vida). Como su nombre indica, es una caja de plástico, transparente y con una tapa agujereada para permitir la entrada de aire.
No necesitamos que sea muy grande, con uno de unos tres litros de capacidad bastará, ya que nuestra mascota pasará buena parte del tiempo de las siguientes semanas durmiendo.
Fauna box |
Como alternativa podemos usar tuppers de tamaños similares, pero asegurándonos de que la temperatura interior es la adecuada una vez agujereada la tapa. También podemos usar algún tipo de malla plástica en la parte superior.
Colocaremos papel de cocina en la base y encima viruta de madera. Esta no solo actuará de "pañal" sino que mantendrá el calor procedente de una bombilla específica para tal objetivo o de una manta eléctrica puesta debajo (siempre con alguna tela o papel entre medias).
Una vez se encuentre el agaporni en su interior dejaremos el fauna box en un lugar tranquilo y alejado de la luz directa hasta que no le toque tomar papilla o sea momento de limpiar la caja (algo que haremos a diario para evitar que puedan quedar restos de comida que terminen fermentando o que el pájaro enferme por el contacto directo con las virutas sucias).
Cuando el animal alcance, más o menos, los 30 días de vida y veamos que aletea y empieza a moverse de un lado a otro de la caja, lo pasaremos a una jaula. Un rato los primeros días, aumentando el número de horas hasta devolverlo al fauna box sólo para dormir. A los 45 días de vida ya podría dejar de utilizarlo.
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