Tenemos que tener cuidado con ciertas cosas que tenemos en casa y que a priori no pensaríamos que pueden suponer un peligro para nuestras aves.
Ante todo vigilaremos o evitaremos que jueguen con objetos que podrían tragarse o hacerse daño. Anillos, colgantes... que tienen pequeñas piezas que a base de picar serán capaces de soltar.
En general, cualquier elemento lo suficientemente pequeño como para que puedan ingerirlo deberá ser retirado de su alcance, sobre todo los punzantes como alfileres, clavos, chinchetas...
Les encanta morderlo todo, cuidado si consiguen romperlo ya que trozos de madera, plástico, tela... podrán ser igualmente tragados accidentalmente.
Si llegasen a comerse algo así será muy difícil que lo expulsen al hacer caca, deberemos acudir urgentemente a nuestro veterinario de exóticos donde probablemente le harán una radiografía o alguna prueba más específica como una endoscopia para ver exactamente dónde tiene el objeto en cuestión.
El veterinario determinará si la administración de un medicamento será suficiente o precisará de cirugía para sacarlo.
Las hojas de periódico, revistas... son otro reclamo para los agapornis, la tinta es tóxica para ellos así que mejor les daremos un papel en blanco, disfrutarán rompiéndolo y no habrá ningún riesgo.
Los cables deberán estar cubiertos por cubrecables o escondidos de tal forma que no puedan llegar a morderlos. De lo contrario terminarán pelándolos y podrían electrocutarse ellos o nosotros mismos.
Ventiladores, estufas, radiadores... en funcionamiento, jamás deberán estar en la misma sala donde haya un agaporni suelto. Ellos no ven el peligro y se acercarán, además las quemaduras son en la mayoría de los casos sinónimo de muerte.
Las plantas que podemos tener habitualmente en casa también pueden llegar a suponer un peligro para la salud del ave, lee en esta entrada las que son tóxicas para ellos.
En la cocina encontramos un foco de intoxicación, cuando cocinamos en sartenes el humo que desprenden a nosotros no nos hace daño pero a ellos les produce graves problemas respiratorios e incluso la muerte súbita.
El humo del tabaco también es dañino, nunca fumaremos en la misma estancia donde estén las aves.
Por supuesto cualquier producto de limpieza (lejía, salfumán, detergentes, pintura, barnices...) deberán estar fuera de su alcance y tampoco dejaremos a un agaporni en una zona donde acabemos de utilizarlos, ya que el olor les perjudica seriamente.
Si por desgracia las plumas de nuestro pequeño se mojan con alguno de estos productos le lavaremos sólo con agua tibia.
Si se manchan con una sustancia aceitosa como por ejemplo pomadas, entonces aparte del agua tibia añadiremos detergente antigrasa (el que usamos para lavar los platos), le lavaremos lo mejor posible y después con papel de cocina quitaremos todo el jabón que pueda quedarle.
Si en vez de mojarse/mancharse con los citados productos, los ingiere, no habrá tiempo que perder y deberemos salir corriendo al veterinario, recuerda llevar la etiqueta o el propio producto que haya tragado para que sepan exactamente qué tratamiento necesitará.
El lavabo será otra estancia en la que deberemos ir con cuidado, si cae en la taza del wáter o en la bañera llena de agua, no sabrá salir ya que en cuanto el plumaje esté empapado se hundirá y se ahogará.
Las ventanas son otro punto a mencionar, normalmente aprenden donde están y evitan chocarse contra ellas, recordemos que los pájaros no distinguen si están abiertas o no. Pero ante una situación que le asuste saldrá de repente volando y un golpe contra una ventana podría ser muy peligroso ya que podría provocarle una fractura en el mejor de los casos. Nuevamente ante la sospecha de alguna lesión deberemos acudir al veterinario.
Lo mejor es tapar las ventanas con las cortinas, además deberemos tener cuidado también con los espejos ya que tampoco los distinguirán en un momento así.
Y por último, vigilemos donde se meten, lo investigan todo y pueden acabar encajados detrás de un armario donde les resulte difícil o imposible salir.
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